Oliver, el eslabón perdido

Oliver

Oliver fue un chimpancé que ganó cierta notoriedad en la década de 1970 debido a su aparente habilidad para caminar erguido y su aspecto facial inusual, que algunos sugirieron que podía parecerse más a un humano que a un chimpancé típico. Los datos que se proporcionan como oficiales de la captura de Oliver suelen ser adulterados, por lo que no sé sabía con exactitud el lugar de su captura.

Índice
  1. Hitoria del Chimpancé Oliver
  2. Pero sin embargo Oliver no era un chimpancé común
  3. El estudio de ADN del chimpacé Oliver
  4. ¿Por qué muchos creyeron que era el eslabón perdido?
  5. El final de Oliver

Hitoria del Chimpancé Oliver

Oliver fue caputrado en 1960 por el matrimonio de entrenadores Frank y Janet Berger. El chimpancé había sido capturado en la República Democrática del Congo). Sus rasgos físicos inusuales y su comportamiento diferente al de los demás monos llevaron a los Berger a creer que Oliver era un animal diferente a un chimpancé, tal vez un híbrido humano-chimpancé. Oliver poseía un rostro más plano, caminaba habitualmente en dos patas —nunca sobre sus nudillos— y prefería a las mujeres antes que a las hembras de su especie.

La mentira sobre la perrita LaikaLa mentira sobre la perrita Laika

La propietaria, Janet Berger afirmó que cuando Oliver cumplió dieciséis años comenzó a sentirse atraído por ella y nunca por otra hembra de su especie.

Oliver obedecía a sus dueños como si de un hijo se tratara, se lo podía ver sentado en el sofá viendo la televisión o fumando un puro. Durante aquella época paso por numerosos platós de televisión como el eslabón perdido que tanto ansiaba Darwin.

Aunque Oliver fue objeto de especulación y se realizaron investigaciones para determinar si tenía alguna característica biológica única, se demostró que era un chimpancé común y corriente, aunque con ciertas diferencias anatómicas. Su capacidad para caminar erguido se debía probablemente a diferencias en su forma de moverse en lugar de a alguna característica única de hibridación.  Otros científicos hablaban de una posible mutación.

Pero sin embargo Oliver no era un chimpancé común

Oliver no era un chimpancé común. Aunque se pensó que era un chimpancé debido a su aspecto inusual y su capacidad para caminar erguido, estudios posteriores demostraron que tenía diferencias genéticas y anatómicas significativas en comparación con los chimpancés típicos.

Oliver fue un chimpancé de la subespecie Pan troglodytes troglodytes, pero sus características físicas, como su cara achatada, su falta de pelo en el cuerpo y su comportamiento, llevaron a algunas especulaciones sobre su origen. Aunque hubo teorías sobre la posibilidad de que fuera un híbrido o que tuviera alguna mutación genética única, estas hipótesis nunca se confirmaron de manera concluyente.

El caso de Oliver es un ejemplo de cómo la ciencia a veces se enfrenta a situaciones inusuales y cómo se deben realizar investigaciones cuidadosas para comprender completamente la biología y el origen de los animales.

Oliver
Foto real

El estudio de ADN del chimpacé Oliver

Oliver es un simio africano cuya identidad de especie ha sido debatida en los medios de comunicación populares y por varios científicos desde principios de los años setenta. Aunque nunca se han aportado datos morfológicos decisivos sobre Oliver, muchos informes indicaban que Oliver era morfológicamente inusual para un chimpancé, sobre todo en su postura bípeda habitual. Además, su número cromosómico diploide no coincidía con el de un humano o un chimpancé, sino que era intermedio entre ambas especies. Realizamos estudios cromosómicos estándar que demostraron que Oliver tenía el número diploide esperado para un chimpancé (2N = 48) y que los patrones de bandas de sus cromosomas eran típicos de un chimpancé y diferentes de los humanos y los bonobos. También secuenciamos una región de 312 pb del bucle D de su ADN mitocondrial. Los resultados indicaron una elevada homología de secuencia con la variedad centroafricana de chimpancé, Pan troglodytes troglodytes. El mayor porcentaje de homología se observó con un espécimen previamente caracterizado de Gabón, lo que sugiere fuertemente que Oliver era originario de esta región.

La creencia de que Oliver podría haber sido un eslabón perdido o un eslabón entre humanos y chimpancés se basó en varias características inusuales que presentaba en comparación con otros chimpancés. Algunos de los factores que contribuyeron a esta creencia incluyeron:
  1. Postura erguida: Oliver tenía la capacidad de caminar de manera más erguida y vertical en comparación con otros chimpancés, lo que llevó a la idea de que podría haber estado más cerca de la postura bípeda de los humanos.
  2. Rasgos faciales inusuales: Oliver tenía una cara plana y menos peluda en comparación con los chimpancés típicos, lo que llevó a especulaciones sobre la posibilidad de que tuviera características faciales más humanas.
  3. Comportamiento peculiar: Algunos informes sugirieron que Oliver tenía un comportamiento único, como sentarse en sillas y mostrar interés en actividades humanas, lo que también contribuyó a la creencia de que podría tener rasgos más humanos.
  4. Diferencias genéticas: Se realizaron análisis genéticos y pruebas para determinar si había alguna diferencia genética significativa en Oliver que lo distinguiera de otros chimpancés. Estos análisis no confirmaron de manera concluyente ninguna relación genética única, pero las especulaciones persistieron.

Sin embargo, a medida que se llevaron a cabo investigaciones más detalladas y análisis genéticos más sofisticados, se determinó que Oliver era un chimpancé común de la subespecie Pan troglodytes troglodytes. Aunque tenía características físicas y de comportamiento inusuales en comparación con otros chimpancés, no era un eslabón perdido ni un híbrido humano-chimpancé. La creencia inicial de que podría ser un eslabón perdido se basó en malentendidos y no pudo ser respaldada por evidencia científica sólida.

El final de Oliver

Oliver vivió sus últimos años en un santuario de animales en Texas, donde recibió cuidados adecuados y atención. Su historia se convirtió en un ejemplo de cómo las afirmaciones sensacionalistas pueden rodear a los animales y cómo es importante basarse en la evidencia científica en lugar de en la especulación.

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