La escalera secreta de Abu Rawash

Egipto ha sido, desde hace milenios, un territorio cargado de enigmas. Sus pirámides, templos y necrópolis han alimentado durante siglos la imaginación de viajeros, exploradores y académicos. Pero más allá de los focos turísticos de Giza y Luxor, existen enclaves poco conocidos, ocultos en áreas militares restringidas o enterrados bajo las arenas del desierto, que podrían contener secretos aún más desconcertantes. Uno de esos enigmas modernos es la llamada Escalera de Abu Rawash, una estructura descubierta hace apenas unos quince años que ha dividido a egiptólogos, investigadores independientes y amantes del misterio.
El hallazgo de una anomalía
Ubicada a tan solo unos kilómetros al norte de la Gran Pirámide de Giza, en la región desértica de Abu Rawash, esta escalera monumental se encuentra en un terreno que durante décadas estuvo cerrado al público por ser zona de entrenamiento militar. El lugar salió a la luz gracias a grabaciones y fotografías tomadas por la investigadora francesa Antoine Gigal, que logró documentar visualmente la estructura pese a las restricciones de acceso.
 Túneles Subterráneos en Guiza: Un Mundo Perdido Bajo las Pirámides
Túneles Subterráneos en Guiza: Un Mundo Perdido Bajo las PirámidesLo que se aprecia es una larga zanja descendente de unos 80 metros de longitud y 15 metros de profundidad, tallada directamente en la roca caliza. A lo largo de ella se despliegan cientos de escalones que descienden en un ángulo suave al inicio y después de forma mucho más empinada. La regularidad de algunos peldaños y la perfección de las paredes, lisas y verticales, sugieren un diseño deliberado y una técnica sorprendentemente avanzada.
Una escalera hacia lo desconocido
La primera pregunta que surge al contemplar la Escalera de Abu Rawash es evidente: ¿a dónde conduce?
En la base, lo único encontrado por los primeros exploradores fue arena, basura y agua estancada. No había cámaras funerarias, sarcófagos ni inscripciones. Sin embargo, el esfuerzo invertido en excavar semejante estructura no parece corresponder con un simple acceso al subsuelo.
Algunos investigadores han sugerido que podría tratarse de la entrada a un complejo subterráneo, similar al Serapeum de Saqqara, las catacumbas donde se enterraban los toros sagrados Apis. Otros comparan su forma con los pozos escalonados de la India, diseñados para acceder a las aguas subterráneas a lo largo del año.
La orientación de la escalera añade más intriga: algunos estudiosos señalan que apunta hacia la antigua ciudad sagrada de Sais, vinculada con escuelas de misterio y conocimientos esotéricos. ¿Podría ser esta una construcción con un simbolismo espiritual además de funcional?
La hipótesis romana
La explicación más convencional atribuye la obra a los romanos, que tras conquistar Egipto en el 30 a. C. construyeron pozos y acueductos en todo el país. Según esta teoría, la escalera sería un acceso de servicio para la recogida de agua.
Los defensores de esta versión señalan que algunas marcas visibles en las paredes recuerdan al cincelado romano, y que la ausencia de inscripciones jeroglíficas concuerda con un uso utilitario. Sin embargo, Antoine Gigal y otros investigadores independientes consideran que esta explicación es insuficiente: la escala del trabajo, la precisión de la excavación y su ubicación en el corazón de una necrópolis dinástica temprana plantean demasiadas dudas.
Abu Rawash: un lugar cargado de historia
El área donde se encuentra la escalera no es cualquier desierto. Allí se alzaba la pirámide del faraón Dyedefré, hijo de Keops. Aunque en la actualidad se halla prácticamente desmantelada —se dice que los romanos utilizaron sus piedras como cantera—, aún conserva restos de su monumentalidad.
También en las inmediaciones se han hallado tumbas de la Primera Dinastía, barcas funerarias y enterramientos que superan los cinco milenios de antigüedad. La pregunta inevitable es: ¿qué hace un supuesto pozo romano en medio de un paisaje tan claramente egipcio y arcaico?
Restricciones militares y silencio oficial
Uno de los aspectos más desconcertantes del enigma es que la Escalera de Abu Rawash se encuentra en un área militar restringida. Esto ha impedido estudios académicos formales, excavaciones serias o su inclusión en informes oficiales de antigüedades. En un país que basa gran parte de su economía en el turismo arqueológico, la falta de documentación es casi tan enigmática como la escalera misma.
Investigadores independientes aseguran que imágenes satelitales muestran la existencia de otros pozos y cortes en la roca en la misma zona, lo que sugiere un complejo subterráneo mayor aún por descubrir.
Parentescos inquietantes: Zawyet El Aryan
A tan solo 12 kilómetros al sur de Abu Rawash se encuentra otro yacimiento igual de enigmático: Zawyet El Aryan. Allí, dentro de otra zona militar cerrada, se localiza la llamada Pirámide Inacabada y una estructura subterránea con un sarcófago gigantesco de granito rosa. El paralelismo entre ambos enclaves —zonas restringidas, pozos excavados en la roca y estructuras inexplicables— ha llevado a algunos investigadores a plantear que podrían formar parte de una red subterránea interconectada, perteneciente a una civilización predinástica o incluso preegipcia.
Un misterio aún vivo
Las imágenes más recientes muestran que la escalera conserva paredes sorprendentemente lisas, lo que sugiere que permaneció sepultada bajo dunas hasta fechas recientes. La presencia de bloques en la parte superior refuerza la idea de que pudo haber estado sellada.
Lo más sorprendente es que, hasta el día de hoy, no existe ningún informe arqueológico oficial, ninguna excavación reconocida ni un estudio publicado en revistas científicas.
¿Un pozo o una puerta al pasado?
La explicación más segura, basándose en los indicios actuales, es que la Escalera de Abu Rawash sea un pozo de época romana. Pero su escala, orientación y el contexto histórico en el que se encuentra sugieren que no es toda la verdad. Quizá formó parte de una infraestructura mucho mayor, quizá sirvió a un propósito ritual, quizá sea la entrada olvidada a un mundo subterráneo aún por descubrir.
En cualquier caso, permanece como uno de los grandes enigmas del Egipto contemporáneo: un descenso tallado en la roca hacia lo desconocido, visible y oculto al mismo tiempo, que nos recuerda lo mucho que aún ignoramos sobre las raíces más antiguas de la civilización.
Mientras, yo me pregunto...
¿Y si el verdadero Egipto aún duerme bajo la arena?

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