Se detectan comportamientos extraños en 3I/ATLAS

Ya nos estamos preguntando directamente la siguiente cuestión sobre 3I/ATLAS ¿Estamos presenciando un fenómeno natural único o interactuando, por primera vez, con una pieza de tecnología extraterrestre?

Hemos hablado bastante de 3I/ATLAS en este blog, descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-Impact Last Alert System) en Chile, el objeto se desplaza a una velocidad vertiginosa de más de 220.000 kilómetros por hora. Su trayectoria es hiperbólica, un término astronómico que confirma que no está atado gravitacionalmente a nuestro Sol y que, tras su breve paso, desaparecerá en el vacío interestelar para no volver jamás. Pero mientras está aquí, una serie de observaciones inexplicables ha llevado a científicos de alto perfil, como el astrofísico Avi Loeb de la Universidad de Harvard, a plantear hipótesis que rozan la ciencia ficción, sugiriendo que su comportamiento podría ser el resultado de una maniobra deliberada.

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Índice
  1. Un Comportamiento que Desafía la Física Conocida
  2. La Hipótesis de Harvard: ¿Una Maniobra Inteligente?
  3. La Composición Imposible del Objeto 3I/ATLAS
  4. Agua Donde Debería Haber Hielo
  5. Un Fósil Cósmico de 10.000 Millones de Años
  6. ¿Susurros en el Vacío? El Supuesto Pulso de Radio
  7. Vigilancia y Próximos Pasos: La Observación de 3I/ATLAS
  8. Fuentes

Un Comportamiento que Desafía la Física Conocida

La primera señal de que 3I/ATLAS no era un cometa ordinario provino de su cola. Los cometas desarrollan colas cuando se acercan al Sol; el calor vaporiza sus hielos y el viento solar, una corriente constante de partículas emitidas por la estrella, empuja ese gas y polvo hacia afuera, creando una cola que siempre apunta en dirección opuesta al Sol. Sin embargo, las observaciones iniciales, incluyendo las captadas por el Observatorio del Teide en Tenerife, mostraron algo que dejó perplejos a los astrónomos: una "anticola".

Este chorro de material no se alejaba del Sol, sino que apuntaba directamente hacia él, desafiando las leyes fundamentales de la dinámica cometaria. Rocío González, astrónoma del equipo que realizó la observación, destacó lo anómalo del suceso, señalando que el viento solar debería empujar el material en sentido contrario. Semanas después, el misterio se profundizó cuando el fenómeno cambió radicalmente: la anticola desapareció y 3I/ATLAS pasó a exhibir una cola convencional, idéntica a la de cualquier otro cometa. Este cambio de comportamiento, de un estado anómalo a uno normal, es tan difícil de explicar como la propia anticola.

La Hipótesis de Harvard: ¿Una Maniobra Inteligente?

Aquí es donde entra en juego la especulación de alto nivel. Avi Loeb, conocido por sus controvertidas teorías sobre 'Oumuamua, ha documentado estas anomalías en su blog personal. Loeb y otros científicos de Harvard sugieren que este comportamiento errático podría interpretarse como una "maniobra de frenado deliberada" o una "desaceleración controlada". Aunque profundamente especulativa, esta idea intenta dar sentido a un objeto que no se comporta como debería. La transición de una anticola (quizás un chorro de maniobra) a una cola normal podría interpretarse como una acción intencionada.

La hipótesis de Loeb plantea que si una nave utilizara algún tipo de propulsión para frenar en nuestro Sistema Solar, la expulsión de material podría, momentáneamente, crear la apariencia de una anticola. Esta línea de pensamiento, aunque en el extremo de la navaja de Ockham, gana tracción simplemente porque los modelos convencionales (como un patrón de rotación atípico o la expulsión de partículas metálicas que alteran el gas) no logran explicar satisfactoriamente la totalidad de las observaciones. El objeto, según esta línea de pensamiento, estaría "actuando de manera inteligente".

La Composición Imposible del Objeto 3I/ATLAS

Si su comportamiento es extraño, su composición es, según los análisis actuales, materialmente imposible para un objeto natural. Los datos revelan una masa colosal estimada en más de 33.000 millones de toneladas, pero lo impactante es su composición química. 3I/ATLAS parece estar formado por una aleación de níquel casi pura, con una ausencia casi total de hierro. En la naturaleza, el níquel y el hierro se forjan juntos en el corazón de las supernovas; todos los asteroides metálicos conocidos en nuestro Sistema Solar son una mezcla de ambos. Una aleación de níquel puro, sin hierro, es algo jamás visto.

Esta composición inédita sugiere dos posibilidades: o bien 3I/ATLAS se formó en un entorno estelar radicalmente distinto al nuestro, con una química que desconocemos, o bien es un producto manufacturado. Para añadir más rareza, los análisis indican que el cometa emite unos cuatro gramos de níquel por segundo, generando un compuesto llamado níquel tetracarbonilo, una sustancia que, hasta ahora, solo se conoce como un producto de laboratorio en procesos industriales humanos. Esta rareza química refuerza la idea de que su origen es, como mínimo, profundamente exótico.

Agua Donde Debería Haber Hielo

El objeto no solo emite metales extraños, sino también agua. Un estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters por investigadores de la Universidad de Auburn detectó emisiones de hidroxilo (OH), que es la firma ultravioleta inequívoca de la descomposición del vapor de agua. El problema no es el agua en sí, sino dónde se encontró. Esta detección se produjo a más de tres veces la distancia entre la Tierra y el Sol (3 Unidades Astronómicas). A esa distancia, las temperaturas del espacio profundo son tan bajas que el hielo de agua debería permanecer sólido, congelado e inerte.

Todos los cometas que conocemos comienzan a "activarse" y liberar gas mucho más cerca del Sol, al cruzar la llamada "línea de hielo". El hecho de que 3I/ATLAS esté emitiendo grandes cantidades de vapor de agua tan lejos, en el frío absoluto, es otra anomalía que se suma a la lista. Como explicó el físico Dennis Bodewits, encontrar agua en un cometa es "como leer una nota de otro sistema planetario". En este caso, la nota parece estar escrita en un lenguaje que desafía nuestra comprensión de la química planetaria, sugiriendo una fuente de calor interna o un proceso que no logramos entender.

La evolución del brillo alrededor de 3I/ATLAS muestra una transición de una anticola hacia el Sol a favor del viento solar. (Jewitt y Luu 2025)

Un Fósil Cósmico de 10.000 Millones de Años

A la complejidad de su comportamiento y composición se suma su increíble antigüedad. Las estimaciones sitúan la edad de 3I/ATLAS en unos 10.000 millones de años. Para ponerlo en perspectiva, nuestro Sistema Solar tiene unos 4.500 millones de años, y el universo mismo tiene 13.800 millones. Esto convertiría a 3I/ATLAS en el cometa más antiguo jamás observado, un verdadero fósil cósmico que ha vagado por el espacio interestelar durante eones, probablemente formándose cuando la Vía Láctea era mucho más joven.

Xabier Pérez Couto, investigador del CITIC en la Universidad de A Coruña, lo ha definido perfectamente como una "cápsula del tiempo galáctica". Su equipo ha trabajado en reconstruir la trayectoria del objeto durante los últimos diez millones de años en un esfuerzo por "crear el mapa de la Vía Láctea más preciso hasta la fecha”. Este objeto no solo es un visitante, es una reliquia que transporta información física de los albores de nuestra galaxia. Su naturaleza y su origen, totalmente desconocidos, lo convierten en un laboratorio único para estudiar la formación temprana del universo.

¿Susurros en el Vacío? El Supuesto Pulso de Radio

Como si la lista de misterios no fuera suficiente, algunos expertos han añadido una capa más de intriga: la supuesta detección de un pulso de radio. Aunque no hay consenso científico sobre este hallazgo, algunos informes preliminares han detectado una "frecuencia rítmica" que, según se informa, "mimaría un tipo de comunicación codificada". Algunos analistas incluso se atrevieron a sugerir que podría tratarse de una "forma de comunicación o respuesta al radar terrestre", implicando que el objeto detectó y respondió a los estímulos externos de nuestros propios observatorios.

El informe preliminar señalaba que el pulso coincidía con la trayectoria del cometa y mostraba un desplazamiento Doppler constante, algo inusual en emisiones naturales, que tienden a fluctuar. Sin embargo, la mayoría de la comunidad científica pide "extrema cautela". Estos supuestos pulsos podrían ser, y es lo más probable, simples efectos del ruido cósmico de fondo, interferencias terrestres o fallos de calibración en los instrumentos. Atribuir el hallazgo a una causa extraordinaria requeriría pruebas que, por ahora, no existen.

Vigilancia y Próximos Pasos: La Observación de 3I/ATLAS

Ante este cúmulo de extrañezas, la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), dependiente de la NASA, ha incluido a 3I/ATLAS en su lista de vigilancia. A pesar del intenso seguimiento y de las especulaciones sobre su naturaleza, los expertos han transmitido un mensaje de calma a la población: el objeto, sea lo que sea, no representa ninguna amenaza ni peligro para la Tierra. Su trayectoria no se acerca a nuestro planeta.

La comunidad científica aguarda con enorme interés las próximas semanas. La fecha clave es el 29 de octubre, día en que 3I/ATLAS alcanzará su perihelio, su punto más cercano al Sol, a una distancia de 1.8 veces la que separa la Tierra de nuestra estrella. Será entonces cuando los telescopios, posiblemente incluyendo el James Webb, obtengan las primeras imágenes de alta resolución. Estos datos serán cruciales para determinar si 3I/ATLAS es solo una rareza natural o algo más. La NASA ya ha emitido un comunicado técnico (MPEC-2025-U142) anunciando una "Campaña de Astrometría de Cometas" coordinada entre noviembre de 2025 y enero de 2026, reconociendo que el objeto plantea "desafíos únicos para predecir su trayectoria", en parte debido a su inexplicable comportamiento.

Por ahora, 3I/ATLAS sigue siendo un laboratorio cósmico único. Para la mayoría de los astrónomos y agencias como la ESA, todo apunta a una explicación física aún no comprendida, más que a una tecnológica. Pero admiten que la hipótesis de una emisión no natural "no está completamente descartada". La ciencia se enfrenta a un objeto que rompe los moldes, obligando a los astrónomos a elegir entre revisar los libros de física o abrir la puerta a posibilidades extraordinarias.

Fuentes

https://ciencia.nasa.gov/sistema-solar/cometa-3i-atlas/

https://arxiv.org/pdf/2510.18769

https://www.arxiv.org/pdf/2510.11779

https://www.gemini.edu/news/press-releases/noirlab2525

https://arxiv.org/pdf/2510.18157

https://arxiv.org/pdf/2509.07771

https://www.uahirise.org/

https://arxiv.org/pdf/2509.21408

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